Yo.... ¡no trabajo mas!
Muy poco tiempo había transcurrido desde que se produjera el
derrocamiento del Presidente Perón al frente de su segunda presidencia ,en
setiembre de 1955,hechos que también conmovieron a la localidad alterando el tradicional clima de tranquilidad pueblerina, generando sentimientos y aspiraciones personales
encontradas en una parte de los vecinos ,según el color político al que
pertenecían y/o simpatizaban , frustrados y bajoneados unos , sentían que sus
puestos en la Administración publica (aunque no fueran políticos) tenían los
días contados, por el contrario el optimismo crecia en el virtual bando ganador
,después de muchos años se abrían oportunidades,era el momento del recambio.
Seguramente es lo que había vislumbrado nuestro
personaje ,a quien el final de una jornada vespertina lo
encuentra dando los últimos golpes de
maza a
una reja, sacada al rojo vivo de
la contigua fragua , sostenida por una
tenaza sobre el yunque para darle forma a su filo(x), tras lo cual ,luego de sumergir
en aceite la parte afilada para que adquiriera el temple necesario se suma al amable contertulio que mantienen su
patrón y dueño de la herrería y un ocasional parroquiano, para comentar las
noticias del día y es allí ,que sin darle mayor énfasis desliza como al pasar
Yo ... ¡no trabajo más!.
Yo ... ¡no trabajo más!.
Previo a su paso por la herrería, tuvo emprendimientos
propios, entre ellos un tallercito de reparación de artefactos domésticos,
cocinas, calentadores, estufas,a kerosesne en esa epoca,etc.
Con inquietudes y habilidades artísticas,(que alternó con su militancia activa en la Union Civica Radical) integró grupos
de teatro y zarzuela, épocas en que tanto los carteles de publicidad como la escenografía
se hacía a mano y con medios mayormente rudimentarios, volcando en ellos su
impronta por el dibujo y la pintura.
Lo que parecía una frase de circunstancia se transformó-a
pesar de la reticencia del propietario de la Herrería- en una realidad, dejó el
trabajo de herrero, cambiando el mameluco por el traje y la corbata, aunque el
nombramiento esperado tardaría unos meses en llegar, no alteró la rutina derivada de su juramento,
que sobrellevó con el apoyo material de su esposa.
Consumado su nombramiento en el cargo apetecido,merced a su militancia y conexiones politicas, el mismo lo convirtió en una
personalidad de relevancia pública activa en la localidad por muchos años.
(x) Estirando el metal hasta darle un ángulo agudo con
el filo adecuado,esta acción de afilado se denominaba “picado de la reja” y era
efectuada por herreros
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