La Ilusión de sacarse la lotería.


Antaño no existía tanta variedad  de sorteos  con importantes premios como los que existen en el presente.
Solo estaba la lotería, en estos tiempos relegada a segundo plano por las distintas modalidades de juego que se fueron sumando en los últimos años.
Hablar de lotería, era hablar de la Lotería  Nacional, única por entonces con premios muy importantes, o en menor grado la Lotería de Uruguay con sus atractivos premios en pesos Oro ,ambas con jugadas semanales  y sorteos extraordinarios en Navidad, Año Nuevo y Reyes, sin duda los más esperados, los de mayor convocatoria y los que más sueños despertaban. 
Si bien se vendían billetes en la Localidad ,incluso por medio de vendedores ambulantes en la calle , para los sorteos extraordinarios se prefería adquirir  los billetes en la Capital Federal, sea por medio del Comisionista o realizando el  pedido directo vía postal a Agencias reconocidas   con pago contra reembolso por medio del Correo Argentino .
Muchos , que eran clientes habituales de la Agencia y tenían reservado un numero en particular  , recibían en forma automatica,días antes del sorteo los correspondientes billetes ,que eran abonados por medio del procedimiento mencionado.
El ambiente festivo de los días previos a la Navidad incluían la espera del tradicional Sorteo mientras los sueños cobraban vuelo en caso de ser agraciados con el Premio Mayor ,"la Grande" o "el Gordo"  desde viajar a Europa ,el sueño de algunos inmigrantes,pasando por adquirir una chacra ,formar un negocio ,construirse una casa ,adquirir un automóvil ,trasladarse a vivir a una ciudad vecina y/o hasta dejar de trabajar y dedicarse al dolce far niente.
El sorteo, trasmitido por radio,en un horario central,concitaba la atencion general haciendo que todos estuvieran pendientes del mismo ,concentrados en escuchar a los niños cantores mencionar los numeros sucesivos y los premios correspondientes.
Con el correr de los minutos y la aparicion de los números premiados,se despertaba la alegría en unos,la desazón en otros y la esperanza renovada,por la posibilidad, luego del cambio de billetes premiados, de tentar suerte en los sorteos de Año Nuevo  o Reyes.
No se supo cual fué el sueño de un sencillo  empleado de la Delegación Municipal.
Vivía humildemente en un ranchito  modesto ,en lo que entonces se llamaba “La Colonia” que tuvo la fortuna de ser acreedor del segundo premio de la Lotería de Navidad.
Sin duda fue un alegrón para  él y a su familia, integrada por su esposa y cuatro hijos, alegria compartida con sus vecinos  con un suculento asado ,bien regadito ,que culminaria con una baile al compas de los sones de una vitrola .Lo cierto es que dinero en mano, él y su  familia se trasladaron a Juárez, para disfrutar de una estancia vacacional de un mes alojados en el Hotel “La Armonía”.
Pasado ese tiempo, volvió a su rutina diaria ,finalizada su jornada laboral   acarreando   tosca con una zorra tirada por un caballo, paraba en el boliche de “Don Jose Donadío” para tomarse una copita, compartir una partida de mus y luego partir,   con una botella de vino bajo el brazo, silbando bajito rumbeando ”p’las casas”,el mismo ranchito que no vio alterada su fisonomia como tampoco la austera vida familiar. Por mucho tiempo seria señalado,”¿ve?, ese que va ahí, se sacó la lotería”.