Chillar: Invadida por los caballos




La Segunda guerra mundial tuvo sus efectos negativos en la vida económica del pais.El sector agropecuario, no fue una excepción, se vio afectado ante la falta de bodegas para el transporte y la desaparición de sus tradicionales mercados europeos, en particular para los productos agrícolas. Esto produjo un desplazamiento en el uso de las tierras hacia actividades más extensivas, como la ganadería, con la consecuente expulsión de arrendatarios y trabajadores agrícolas, agudizando los conflictos entre terratenientes y arrendatarios y entre productores familiares y trabajadores rurales.A comienzos de 1940, la imagen predominante sobre el sector agropecuario, en general era la de un sistema de producción basado primordialmente en el trabajo indirecto -arrendamientos y aparcerías-, y una estructura agraria caracterizada por la desigual distribución de la propiedad, del ingreso y del poder de negociación entre los sujetos sociales participantes.
De este modo, la estructura social agraria era percibida como integrada por un grupo muy reducido que constituía una cúspide monopólica y parásita -los terratenientes- que controlaban la mayor parte de las tierras productivas, por las cuales obtenía altas rentas sobre la base de sus ventajas naturales comparativas. Y, en relación asimétrica, como subordinados y enfrentados a aquellos, un numeroso sector de productores no propietarios -arrendatarios y aparceros- con canales de acumulación bloqueados ya por el pago de altos cánones de renta, por la inestabilidad en el uso del predio, y por las desventajosas condiciones de financiación y comercialización que mantenían con los proveedores locales y los representantes de las comercializadoras transnacionales. Esta situación contribuyó, por una parte, al fuerte proceso migratorio rural-urbano , y por otra, al crecimiento de demandas y expectativas antagónicas en cada uno de los segmentos sociales agrarios.
Chillar no fue ajeno a ese proceso migratorio, qué adquirió magnitudes desproporcionadas para el tamaño de la localidad, por ello solo pudo asimilar a una pequeña proporción, mientras que, la mayoría, un numero muy importante solo recaló por un tiempo y en busca de mejores horizontes,una parte emigró a las ciudades de la provincia ,Azul,Olavarria,Tandil,Mardel Plata entre otras,mientras que el resto se dirigió al Conurbano de la Capital Federal,por entonces,demandante de mano de obra requerida por el naciente y creciente proceso de industrialización.La migración rural-urbana estuvo conformada principalmente por familias,en su mayoría prolificas,exarrendatarios ,que se llegaron con sus herramientas a cuestas,arados,sembradoras,cosechadoras,etc.por entonces mayormente a tracción a sangre,de manera que trajeron consigo sus caballadas,cuyo numero no dejaría de asombrar a los inmigrantes centroeuropeos,que llevo a exclamar a mas de uno,”ni juntando todos los caballos de mi país, hay tantos como los que hay aquí”.Todo este proceso iba en paralelo con la renovada motorización, retardada por la guerra,de manera que el interés y la demanda por herramientas de tracción a sangre y caballos iba disminuyendo y con ello su valor.Esto hizo que quienes,ante la falta de oportunidades,luego de haber intentado sin suerte otros emprendimientos y, resuelta la migración terminara malvendiendo sus bienes, dónde las maquinas terminaron, unas como chatarra ,paradójicamente fueron a alimentar las fundiciones del Conurbano,entre ellas “La Cantábrica”,destino de algunos migrantes locales,que quizá nunca imaginaron que por esas cosas del destino iban a participar en el proceso de fundición de maquinas que alguna vez ellos habían utilizado, otras permanecieron por muchos años desperdigadas en distintos ámbitos de la localidad como mudo testimonio de esa epoca.Por su parte los caballos, a despecho de un párrafo de la canción de Guarani “Caballo que no galopa va derecho al pisadero”,tuvieron como destino el matadero,los Frigorificos especializados en preparar cortes de carne para satisfacer la demanda de carne equina de los países nórdicos, en especial Suecia.-

Embarrados por el TC



El "Valvulas a la Cabeza" de los Gringos de Olavarria
se adelanta a Oscar Galvez



Las décadas del 40-50 hicieron de Chillar un espectador privilegiado de las competencias del Turismo de Carretera antiguo, dónde las cupecitas recién estaban tomando forma, Los Galvez, Fangio, Marimon, Descotte, Musso, Ciani, Sokol,Petrini,Peduzzi,Marcilla,Francia,eran los apellidos mas conocidos,dentro del centenar y pico de corredores, luego a comienzo de los 50 se sumarian Emiliozzi,Menditeguy entre otros.La Ruta 3,con Chillar a su vera,fue parte del recorrido de Grandes Premios ,las Mil Millas,la Mar y Sierras,y la vuelta de Olavarria,de ésta ultima con una excepcion,una de sus primeras ediciones estuvo constituida por tres etapas,todas con inicio y final en Olavarria,con preponderancia de caminos secundarios,de tierra.Una de ellas,con salida de Olavarria,tomaba el camino de tierra hacia 16 de Julio y luego Chillar,para luego seguir por el camino que entonces pasaba por el hoy cementerio viejo en dirección a Gaviña,fue la única vez que, la calle Cortazar,la calle céntrica de Chillar, formó parte del recorrido de una competencia de TC,asi fue testigo del paso de quien seria el ganador,por entonces un joven Marcos Ciani,seguido por Sokol,liderando un exiguo un lote de corredores, muy reducido, de apenas una decena, por la dureza de una carrera donde la lluvia y el barro se constituyeron en factores determinantes de la deserción de muchos.-
Marcos Ciani



Eran épocas en las cuales los Grandes Premios,largaban a medianoche,con salida simbólica desde el Automóvil Club Argentino de la ciudad de Buenos Aires, dirigiéndose en caravana hasta la Ruta para su largada efectiva,de manera que el paso por Chillar,lo era en la madrugada,alrededor de la hora cuatro.Alli al costado de la ruta en medio de la oscuridad nocturna,se daban cita los aficionados,rodeando al puesto de control,que Don Antonio Flecha,como representante del ACA,levantaba casi sobre el paso a nivel del FFCC,el lugar mas lento, qué permitía indentificar mejor a los corredores y asentar su hora de paso en la planilla de control del ACA,a la luz de un Sol de noche, único punto iluminado del lugar, luego la curva sumida en la oscuridad y un poco mas allá las luces mortecinas de el bar “El Descanso”.-Y las luces ,eran,las que preanunciaban la cercania de los competidores.El reflejo del trío de faros,los dos faros delanteros usuales mas el potente reflector ubicado encima del parabrisas,se hacia visible con mucha anticipación y acrecentaba la expectativa,toda vez que el reflejo percibido variaba en intensidad y dirección y en ocasiones desaparecia,según la ubicación del auto en relación con las subidas y bajadas características del tramo,hasta que momentos después,la intensidad en su plenitud sobre la loma, parecía simular el descenso de un avion desde el cielo,mientras la luz enceguece la visión, el ruido del motor cambia,son los rebajes,la frenada y la toma de la curva en primera,la aceleración, la segunda larga mientras el sonido se pierde en la distancia,apenas se ha podido ver el numero que identifica al corredor y borrosamente la silueta del auto,cuando otro reflejo se visualiza tras la loma.Poco a poco la noche se va aclarando,mientras los competidores siguen pasando hasta que los ultimos lo hacen a plena luz del dia,los aficionados se dispersan , el puesto de control se levanta y solo queda escuchar la radio en casa(no habia entonces radios portatiles) para seguir el desarrollo de la carrera.-






Si la pasada correspondía al recorrido de la ultima etapa de un Gran Premio o de la Mil Millas Argentinas que organizaba el Automóvil Club de Avellaneda,el paso era en pleno dia y en las primeras horas de la tarde tarde,los aficionados ubicados a la vera de la ruta 3,bajo la sombra de los eucaliptos,con la mirada en dirección a Juárez, esperan la llegada de los competidores.Fue en una de esas tardes que Chillar fue testigo del paso raudo y victorioso del famoso “válvulas a la cabeza” de los Emiliozzi,dejando atrás por segunda vez en poco tiempo,a los por entonces imbatibles Juan y Oscar Galvez,con velocidades promedio desusados en esa época, más de 170 Km. por hora.-


Juan Galvez corre luego de cargar combustible

Mas adelante será la tradicional “Vuelta de Olavarria”,quien concitaría la mayor atención de una mañana dominguera completa,con sus cinco pasadas de otras tantas vueltas,del circuito mixto que combinaba rutas asfaltadas y caminos de tierra,siendo Chillar, el vinculo entre ambos, venían desde Azul por Ruta 3 y tomaban el camino de tierra en dirección a 16 de Julio,brindando a los aficionados numerosos lugares para presenciar la prueba,desde quienes preferían la velocidad vertiginosa de la bajada de la loma,el lento virar a la derecha hacia el camino de tierra,una curva cerrada aguda o la “ese” ,frente al Hotel “Urrutia”,junto al paso a nivel del FFCC,donde,desde las altura de la vías permitían gozar de una esplendida visión de los autos y el espectáculo de sus derrapes sobre la “ese”.-Similar visión se tenia en la tradicional “Mar y Sierras”,con llegada por Ruta 3 desde Juárez y bajada a la tierra doblando a la izquierda.Fue en una de ellas en que la lluvia y el barro se convirtieron en protagonistas determinantes de quien seria el ganador y con un final imprevisto,la lluvia determinaria tambien que el final de la competencia lo fuera en Las Armas,lugar donde se cumplirian diez horas de carrera,en lugar de Mar del Plata,la noche y la lluvia obligaron a ello .Con largada en Mar del Plata hacia Miramar,desde allí por caminos de tierra hacia Balcarce y de alli a Lobería, fue en este ultimo tramo,donde Juan Gálvez,



que iba primero con bastante ventaja sobre el segundo, escapó indemne de los efectos de la lluvia el barro,ingresando al tramo de asfalto continuo hasta Chillar,mientras el resto debió detenerse para colocar las pantaneras,Juan devoraba kilómetro tras kilómetro llevando la ventaja de unos pocos minutos a casi una hora al llegar a Chillar,ingresando en el camino de tierra con las gomas no aptas para el barro,el andar era pocos menos que ingobernable,mientras la lluvia arreciaba y los aficionados estaban expectantes al abrigo de las casas ubicadas al costado del camino y en especial frente a la “ese”,cuando el auto de Juan llega a ese lugar colea y sale del camino,para enterrase en al tierra suelta ,ahora convertida en barro,que las maquinas de vialidad, habían arrimado para ensanchar el camino.El motor se detiene y Juan y su acompañante de impecables mamelucos “blancos” y mocasines,se bajan,y se disponen a colocar las “pantaneras”,nada sencillo,el barro,supera los tobillos, hacen seña como respondiendo a los saludos,pero mas pidiendo ayuda y una legión de fanáticos haciendo caso omiso al barro y a la lluvia,colaboran denodadamente,haciendo innecesario el uso del crique ,casi inútil,en este caso,se cambia el rodado,Juan y su acompañante,suben al auto,ponen el motor en marcha,pero hace falta el concurso de muchas manos para ayudar a sacar el auto del atolladero,así sucede,hasta que una brusca acelerada los cubre de barro,y el auto,cual burro hasta entonces empacado, sale disparado retomando su camino,asi,casi si poder ver la partida del ídolo, están ¡embarrados!,hasta las orejas,sí. Pero¡ felices!, de haber tenido la oportunidad unica de ayudarlo, algo que podrán contar a sus hijos y nietos...-

Las Kermeses de antaño del Club Huracán

Kermese, es un vocablo que prácticamente ha caído en desuso. Unos la relacionan con Kirmesse de origen alemán. , otros del Francés kermesse, que significa fiesta pública al aire libre con música o fiesta de la Iglesia. En España "fiesta al aire libre, en sitio acotado, y generalmente de carácter benéfico".En nuestro país tuvo amplia difusión, en especial para calificar a los bailes populares realizados al aire libre,en épocas, en que los espacios cerrados eran escasos y Chillar no era la excepción.
Por otra parte las Kermeses tenían una particularidad que con el correr de los años se fue diluyendo hasta desaparecer,eran bailes populares divididos en dos actos.El primero con iniciación en pleno día ,habitualmente a la hora 18 que se extendía hasta las 21 o 22 horas,al cual concurría toda la familia,sin exclusiones ni diferenciaciones de edad ni condición social .
En cambio en el segundo acto por la noche,la concurrencia era mas selecta,reservada a los mayores sin la presencia de menores o niños.La orquesta era la misma ,que en ambas sesiones se presentaba en sus dos versiones Típica y Característica, la primera con instrumentos típicos para la ejecución del Tango y la Milonga y la segunda con adición del instrumento que era su sello distintivo: el acordeón, más los intrumentos de viento, clarinete, trompeta y de percusión, un tambor con los platillos,etc, abordaban los compases característicos de: rancheras, pasodobles,corridos,fox trots,valses etc.
El Club Huracán,por entonces, tenía una infraestructura modesta,una casa de 
(Foto El Club Huracan en la Actualidad)familia,convertida en sede, un buffet al frente y algunas mesas para que algunos parroquianos despunten el vicio con las partidas de Mus o Truco,una cancha de bochas en el patio,un amplio terreno alambrado todavía vació, pasarían años para que llegue la cancha de pelota y el embaldosamiento total del patio que luego se aprovecharía para los bailes al aire libre y muchos mas para que viera la luz el amplio y moderno salón.
Vale rememorar el entorno,pegado al Club,el amplio negocio de Ramos generales de Elías Ganim, cuyo patio estaba atiborrado de estibas de postes y varillas de alambrado,fardos de alfalfa, de leña y donde una sierra sin fin,accionada por un motor de un cilindro y una larga correa trabajaba sin parar para cortar los troncos de eucalipto,mientras, otros hacha en mano lo convertían en astillas ,entre el continuo ingreso y egreso de chatas rusas o villalongas .
Doblando por Mitre hacia 9 de Julio,una única vivienda,la de Guevara,el alma del Club,a su cargo estaba el administrar el uso de la Cancha de Bochas y mas tarde la de Pelota,siempre presto a mediar con sus alambres extensibles para dirimir diferencias sobre cual bocha estaba mas cerca del bochin,ocuparse del tanteador en los partidos de Pelota a paleta,y/o satisfacer algún pedido de la Cantina,etc.
Entre el Club y su vivienda había un o baldío, al cual cuando creíamos que nadie vigilaba,accediamos para buscar pelotas que habían traspasado el tejido, cuándo luego de mucho trajinar conseguíamos el objetivo,detrás del cerco de ligustrina,la voz estentórea de Guevara,nos paralizaba ¡Chee,eso es del Club,traiganla,para aca!.
Mala suerte otra vez sera.Por la vereda de enfrente a mitad de cuadra la Casona de Maggi el “funebrero”,la familia Bernardi,con su palmera de dátiles(cocos) objetivo de los chicos a la hora de la siesta y en la esquina,lo que se había iniciado como Estación de Servicio,era un taller mecánico, se hacia chapa y pintura ,era el único lugar que contaba con la rampa para lavar autos y el elevador hidráulico de autos para su engrase,ademas,sobre Cortazar un local de venta de repuestos y surtidor.
Enfrente el almacén de Capuccio,le seguía la Herrería y Carpintería de los Fernández, ahí al regreso de la escuela, solíamos quedarnos para ver como el fuelle avivaba la fragua, como el hierro al rojo vivo era moldeado sobre el yunque,como se cortaba la madera para hacer los rayos de las ruedas de los carros,como se herraban los caballos o los mas misterioso,para nosotros, cómo en el patio se calentaban las llantas de hierro para luego insertarlos en la rueda de madera.Y un poco mas allá otro misterio,un terreno enmarañado y selvático, con una casa casi invisible en su interior, allí vivía la “Pastora” ,mujer solitaria y enigmática, para los chicos un mito casi al mismo nivel que el Hombre de la Bolsa,con que nuestros mayores nos aleccionaban,por eso cuando solíamos espiar para ver si conseguíamos verle la cara,sus pocas palabras(mas bien gritos) hacían que nos espantaramos.
Enfrente calle por medio del negocio de Ramos Generales,estaba la Gomería de Angulo,contaba con surtidor de nafta,alli entre golpes de maza uno podía ver el desarme de una rueda de camión que se ubicaba sobre la calle en su frente y al lado,enfrentado con el Club,sobre la esquina,un extenso terreno baldío, que se extendía hasta mitad de cuadra sobre Mitre, servía para los picados de fútbol diarios que ocupaban buena parte del día de chicos y grandes.
En verano era menor la actividad y el terreno se cubría de cardos,abrojos,cicuta y malvas rubias y ese era el lugar elegido para realizar la kermese.Dos días antes,uno o dos voluntarios con la guadaña se encargaban de dezmalezar,un simple rastrillado y ya estaba.Contra la medianera de Angulo,se colocaban unos tablones de albañil sobre tambores y la orquesta ya tenia su escenario.
Tres o cuatro postes desperdigados ,que además de servir de sostén para los parlantes que amplificaban la voz del cantor y/o locutor de la orquesta,enlazaban un precario tendido eléctrico del cual pendían una docena de lámparas incandescentes,suficientes para la media luz del baile noctuno.Sobre un costado un tablón sobre dos tambores hacia de mostrador y mesa para quienes desearan alguna bebida que era refrescada con barras de hielo.
La Gran Kermese anunciada con anticipación estaba a punto de tener lugar, sería amenizada por la Orquesta de los “Hermanos Rossi” de Olavarria,una orquesta clásica en toda la zona por entonces.El domingo vamos a la “kermés”,era la consigna mas escuchaba durante la semana y como nadie quería quedar sin bailar,las practicas de baile ,sobre todo del tango,eran moneda corriente,para ello se usaban las vitrolas a cuerda y los discos de pasta de 78,Canaro y D’Arienzo ponían el compás,miestras que para los otros ritmos estaba Brunelli el “mago de acordeón”.El domingo después de las cinco de la tarde comenzaba el desfile de hombres y mujeres,chicos y grandes,familias enteras,muchos venidos del campo,parejas de novios “comprometidas” y otras en vías de serlo,se encaminaban hacia el “baldío”,todo con sus mejores galas,traje cruzado y sombrero los hombres,los menores de quince luciendo traje pero con los “cortos”,trajecito entallado las damas,las única concesión de ellas, que no podían prescindir de las medias,era el uso de sandalias,pues el terreno no permitía el uso de tacos altos.
Que al final del baile las medias quedaran inutilizadas nos da un idea de los que era la pista de baile.Ordenadamente se iban situando conformando un semicírculo con vista al escenario,dejando en su interior el espacio para la pista de baile.La orquesta comenzaba puntualmente,con los ritmos caracteristicos,dejando el tango y la milonga para luego del intervalo.
El cabeceo era la seña de invitación a bailar,las chicas tenían que estar atentas,pues la señal varonil ,por miedo al “planchazo” solía ser casi imperceptible,en otros casos,por no ser de su agrado,las chicas hacían como que miraban para otro lado,aunque a veces no había mas remedio que salir a bailar ,así al dia siguiente se podía escuchar algún comentario,”¡Hummn,no sabes,tuve que salir a bailar con el “negro” NN,¿sabes lo que fue eso para mi?!”. 
Y para el “negro”,tambien que se había dado cuenta de la incomodidad.Acaso ¿he olvidado mencionar sillas ,mesas u otras comodidades?Nada de eso existia, todos de pie, unos bailando, otros haciendo rueda y los chicos jugando.
Para las 21,la orquesta se llamaba a silencio,los músicos se retiraban para descansar y cenar y para prepararse para la kermese nocturna,mientras los asistentes regresaban a sus casas.Por la noche el recambio,otro publico se hacia presente,todos mayores, la vestimenta y la presentación lucen mas atildados,el traje muestra el pañuelito asomando del bolsillo superior,la flor en el ojal, la vistosa corbata que se perdía en el chaleco,los gemelos etc., complementan, sin el sombrero,éste da lugar al peinado a la cachetada con la gomina Brancato o la Glostora.El sombrero pasa a ser lucido por las damas,complementado por un tenue velo que cubría sus ojos dándole el toque de misterio oriental propio de esa época.
La noche serena hacia audible la música en todo el ámbito de la localidad hasta que sobre el filo de la madrugada del siguiente dia,la kermese que había alegrado el ambiente pueblerino llegaba a su fin ,promoviendo la iniciación de nuevos romances,los noviazgos y posteriormente la formalización mediante el “compromiso” matrimonial.
Este recordatorio esta basado en el testimonio de mis dos hermanas,que apenas habían dejado atrás la adolescencia asistieron a la ultima kermese realizada en el baldio,una con su novio(luego su esposo) eximio bailarín y la otra que encontraria allí su compañero de toda la vida.

Un Arbitro al que no se le pudo gritar "referi bombero"

Un Árbitro al que no se le pudo gritar “referí bombero”
Seguramente, haya cambiado el tinte del agravio y ahora, en pleno, siglo XXI, hasta parezca ingenuo,sin embargo todavía sigue vigente ese antiquísimo grito desaforado de "referí bombero",si hasta un grupo musical ha compuesto una pieza titulada “No es posible un mundo mejor con árbitros bomberos”.Algo que no ha dejado de resonar en cuanto partido de fútbol se haya jugado en los distintos escenarios del país, independientemente de la importancia del partido o de la magnitud de la concurrencia,en ese aspecto los partidos de fútbol jugados en las canchas de Chillar no fueron ajenos a ese agravio y otros cuyo destinatario era el árbitro.Hay que reconocer que su labor suele ser ingrata y a veces se torna insalubre,no exenta de peligros que pueden llegar hasta la agresión fisica.Su trabajo es poco o nada aplaudido y mucho menos reconocido.Pocos tienen presente que son seres humanos,por lo tanto no son infalibles en sus decisiones, no tienen ojos biónicos, no tienen dos ruedas en vez de piernas y, que su única arma es la inteligencia para decidir en cuestión de segundos situaciones harto complejas.A pesar que a los jugadores se les advierte que nunca intenten cuestionar al árbitro, no importa lo que ha marcado. Que en un juego de fútbol, las decisiones del árbitro son siempre correctas, no importa cuán equivocadas puedan ser. A pesar de esa advertencia no son pocos los jugadores que se sustraen a esa advertencia mostrando disconformidades que a menudo los hacen acreedores a una tarjeta y/o a una expulsión.Si eso sucede con los jugadores,que puede esperarse de los asistentes,sobre todo los “hinchas”,que en muchas instancias, sus descargas en el arbitro se alimentan de la decepción que la mala actuación de su equipo les provoca,asi prefieren creer que las acciones del arbitro están destinados a perjudicar ( “bombear” ) al equipo de su preferencia.A ello debe sumarse que en la época que nos ocupa(en la década del 50),no había restricciones al expendio de bebidas alcohólicas, cuya venta se constituía en uno de los principales ingresos del club,mucho mas que por la venta de entradas.El día del partido,pasado al mediodía, se montaba la cantina,y no eran pocos los que comenzaban con alguna cañita,de manera que para la hora del inicio del partido,ya estaban medio entonados y eran los que iniciaban la serie de letanías contra el árbitro.En general no se pasaba de la agresión verbal, en definitiva le daban condimento al partido y las agresiones físicas eran hechos extraordinarios.Tampoco había grandes problemas entre jugadores y arbitros,las expulsiones eran una rareza, aunque muchos partidos amistosos (y oficiales)de entonces podían dar un imagen en contrario a juzgar por las lesiones.Un desprevenido podía intuir que pudo haber una batalla campal,no menos de un tercio de cada equipo, podía terminar con lesiones de diversa índole y casos hasta de los mas graves,como la fractura de tibia y peroné, muñeca quebrada, hombro dislocado,cortes en la cabeza, ojo en compota,nariz desfigurada,cortes en al oreja etc.¡menos mal que fue un amistoso,que si no..” era el risueño comentario,pero todo ello se había dado, no por mala intención, si no por la falta de estado y entrenamiento,notorio déficit que era mas acentuado en los equipos de la campaña.Por otro lado, había mas caballerosidad en el juego,incomprensible quizás ,para estos tiempos, difícilmente se pateaba un penal o un tiro libre, simbólicamente se lo hacia en forma suave,a las manos del arquero o al campo contrario, ante los aplausos de los jugadores y de la concurrencia.El gol tenia que ser hecho con todas las de la ley y,poco influia el score del momento,la acción era invariable, así en un amistoso entre el Club Atlético y Loma Negra,dan un penal para el primero cuando ya perdía cinco a cero,sin embargo el gesto de caballerosidad se repitió una y otra vez,y el partido terminaría en consonancia con el día, un DIA de la Raza y un 12 a 3,a favor de la visita y todos contentos.-Antes que los árbitros vinieran con exclusividad del Colegio de Árbitros de Azul,que solían parar en la Parroquia había algunos locales para los amistosos y también de Juárez.
Todos sin excepción se hacían acreedores al “referí bombero”,”Que cobrás referí”,”Vendido”,”¿Por que no miras al linea?”,”¿Donde aprendiste a dirigir?,bombero”,y cosas por el estilo,a ello se sumaban los silbidos pullas reprobaciones,durante todo el partido,hasta ahí los limites,nadie se acordaba de la madre,por entonces.El clima del partido lo complementaban los aplausos y los hurras por alguna jugada y/o por el festejo del gol que se acompañaba con las bocinas de los vehículos.Sin embargo sucedió que en un partido mas o menos importante,la concurrencia estaba casi silenciosa,algunos mascullaban cierta disconformidad para sus adentros,un ambiente un tanto extraño,pues nadie gritaba nada contra el árbitro, como si el hombre de negro,no estuviese en la cancha,sin embargo allí estaba,pitando jugada tras jugada y dando indicaciones en forma enérgica, sucedía que el hombre estaba vestido de negro,sí,pero era el negro de su Sotana,que se la había arremangado y así dirigía el partido, un sacerdote proveniente de Juárez,

Carnavales y Romerias de Antaño en Chillar

Los festejos de Carnaval en Chillar son tan antiguos como el propio pueblo.
Si bien, por años, los convecinos no eran muy numerosos,por esos días su numero se veia incrementado por quienes vivian en la campaña,en una época en que la población rural era muy numerosa,de manera que los carnavales congregaban a gran numero de asistentes,tanto en los corsos como en los bailes.
Importante era el número de inmigrantes,una de sus colectividades mas numerosas,la española, se encargaba de organizar sus tradicionales Romerías,(tambien lo harian los Italianos)la fiesta popular de mayor difusión,desde fines del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX,que solia acompañar a las festividades religiosas, el Dia de la Raza y los Carnavales.
La Romeria era la fiesta popular por excelencia,con la participación de una numerosa orquesta,que solia iniciar su actividad a primeras horas del dia con sus dianas y bombas de estruendo,para seguir con conciertos callejeros y por la noche amenizar el baile luego de la finalizacion del Corso.
A falta de salones,el baile tenia lugar en uno de los galpones de cargas de la Estación de FFCC,iluminados por los sol de noche a kerosene, entre pasodobles,la infaltable “jota” y en menor medida otros ritmos entre ellos el foxtrot,transcurria la velada en un ambiente familiar ameno y pleno de sana diversión y alegría.
Por su lado, los Corsos,se llevaban a cabo en la céntrica Cortázar,de tierra por entonces, que en los treinta tenian una extensión de tres cuadras,de Mitre a Moreno,en el cual alternaban la ronda circular de la gente de a pié, con los sulkies, chatas rusas y los Ford T y Voituretes descapotables.
La posterior construcción del Salón de la Sociedad Española y el asfaltado de la calle Cortázar,a fines de esa década ,significaron una ostensible mejora ambiental en los escenarios,el primero brindaba todas las comodidades para la realización de eventos sociales, qué, además de su céntrica ubicación, incluía la iluminación eléctrica y no hace falta abundar en detalles de lo que significaba el asfaltado para una reunión multitudinaria al aire libre.
Paralelamente se prohibe el acceso de los vehículos atracción a sangre y con ello el trayecto del corso se reduce a una cuadra de Belgrano a San Martin.
En las semanas y días previos la actividad relacionada con la preparación se intensifican,quienes desean participar enmascarados (mascaritas) deben solicitar permiso e inscribirse ante la policía, preparar los trajes de disfraz y sus aditamentos lleva su tiempo.
Otros se abocan a la construcción del muñeco que representara al Rey Momo,(el Rey de la Irreverencia)de colorido traje rellenado con paja y bombas de estruendo en su interior.La iluminación de la calle se transforma con la colocación de sucesivas hileras entrecruzadas de lámparas incandescentes de todos los colores.
Hoteles y Restaurantes se preparan para recibir a la gente de la campaña,sus patios se congestionan de carros,sulkies y caballos.Sobre Belgrano,pegado a la Confitería “La Mil Delicias” hay un terrero baldío, ahí se levantaba una precaria carpa, será la “Churrasquería”,donde por unas monedas se podrá degustar carne a la parrilla o al asador ,acompañado por un vaso de tinto,no faltara la ginebra ni la quemada, en un ambiente de semipenumbra,apenas disipado por el sol de noche ubicado sobre el mostrador, la mayoría de los concurrentes lucen vestimenta gaucha,lo cual no deja dudas de su procedencia,delatada además por los numerosos caballos atados a los palenques vecinos a la carpa .
”Grandes-ROMERIAS-Grandes”,preanuncian los afiches de la Sociedad Española,
informando la programacion a desarrollar durante el Domingo,Lunes y Martes de Carnaval(Dias Feriados entonces).Cuya mayor atracción es una agrupación orquestal(Generalmente de Buenos Aires) que amenizaria,los conciertos callejeros y el tradicional baile.Es una banda de no menos veinte ejecutantes, qué a la hora del baile se transforma en un numeroso conjunto orquestal de instrumentos de viento,en los cuales no podían faltar las gaitas.
Se aloja en el Hotel Urrutia,el domingo de carnaval a primera hora,la Banda de riguroso y vistoso uniforme,con el tambor mayor al frente y a los sones del “Uno de enero/dos de febrero/tres de marzo/cuatro de abril/cinco de mayo/seis de junio/7 de julio¡¡ San Fermín!!” se dirige a tocar diana frente a la casa del Delegado Municipal,luego concurrirán a misa de diez,a su finalización, ofrecen al publico pasodobles, jotas y marchas taurinas.
Vendrá el almuerzo y la siesta para los mayores y los mas pequeños.Los jóvenes de ambos sexos se preparan para los juegos con agua,en algunos casos coordinados previamente y que suelen transformarse en verdaderas batallas campales de baldazos de agua ,otros recorrerán las calles en camionetas,con abundante provisión de agua ,para sorprender a alguna/s chica/s que asomadas por curiosidad (o no tanto), no se salvan del baldazo ni aun dentro de la casa.A las cinco el juego llega a su fin,la policía se encarga que así sea.
A renglón seguido una camioneta recorre las calles al son de bocinas y trompetas,en su caja lleva al Rey Momo(cuyo aspecto hacia que los mas chicos lo observáramos con cierta aprensión ) para presentarlo en Sociedad, hasta entonces un secreto bien guardado.Hora mas tarde,a las veinte una bomba de estruendo se encarga de avisar que ha comenzado el Corso de Niños,casi al unísono, la Banda de Música, desde el Hotel viene por Cortazar a los sones de pasodobles,para luego frente a la Esquina del banco de la Edificadora ofrecer sus interpretaciones musicales.
Para las veintiuna,otra bomba de estruendo anuncia el fin del Corso de Niños y la banda finaliza su actuación, retirándose a cenar y a prepararse para amenizar el baile una vez finalizado el Corso Nocturno.La calle se despeja,pero es hora de mucho trajín, sobre una de las veredas,
La Confitería “Las mil Delicias”,el Restaurante de Molinari y el Club Social, pondran una sucesión de mesas y sillas a disposición de la concurrencia ,lo mismo acontece sobre la vereda opuesta con la Confitería de Invernizzi,una legión de mozos,de Chaqueta y/o camisa blancas y pantalón y moñito negro se preparan,hay uno que resalta por sobre el resto,es el “negro” H.Lorea.Abundante provisión de barras de hielo ha sido traída desde Azul,para enfriar las bebidas.Mientras el negocio de Pagella,esta presto para ofrecer todos los insumos que el Corso demanda:papel picado,serpentinas,caretas,antifaces,narices postizas,sombreritos,pomos de agua perfumada,matracas,silbatos y pitos extensibles,etc.
La noche es calida y serena,apta para gozar del aire libre.Hay una apreciable concurrencia,cuando a las veintidós una bomba de estruendo anuncia el inicio del Corso Nocturno,a esa hora son innumerables los grupos de vecinos,familias enteras,vistiendo sus mejores galas(traje, corbata y sombrero,los hombres) se van aproximando desde los distintos rincones de la localidad,para presenciar o participar activamente.
La propaladora inunda el ambiente con música de ocasión,y poco a poco,los sonidos de las matracas,silbatos,bocinas, trompetas,gritos y exclamaciones van en aumento,mientras la vuelta se vuelve multitudinaria,gente de todas las edades y condición social,van entremezclados con las mascaritas y disfrazados,ocupando el centro de la calzada,dejando los costados a los autos,en su mayoría descapotables,uno de ellos pasea al Rey Momo. 
Desde ellos se hacían duelos con los peatones y con quienes estaban ubicados en las veredas, de serpentinas de colores que surcaban el aire y de una lluvia de papel picado ,a lo que se sumaban los lanza perfumes cuya traicionera ráfaga fría en la nuca, a causa del éter, solia provocar no pocas reacciones airadas
El clima de carnaval se expande,vuelan las serpentinas,el papel picado,los chorros de agua perfumada,alguna corrida,no son pocos que han alterado su fisonomía, con algún sonbrerito,una nariz postiza y/o alguna boquilla o pipa extravagante,el ambiente es festivo y familiar,tanto en los transeúntes como entre quienes ocupan las mesas ubicadas en las veredas o prefieren ser espectadores ubicándose sobre el cordón de la vereda, eran tiempos de sueños, donde cada uno encarnaba el papel que quería representar,si bien no habia murgas ni carrozas.Lo niños tienen libertad para corretear y se los ve tras las mascaritas.
Las niñas y las chicas en edad de merecer de la mano o del brazo de sus progenitores,por excepcion en grupo pero siempre al alcance de la inquisitiva mirada de las mamás,los “guiños,caidas de ojos y cabeceos” forman parte de la imperceptible comunicación gestual-visual con los jóvenes varones con quienes se entrecruzan o que observan de pié sobre la vereda.
El Corso llega a su clímax y no son pocos los que comienzan a mirar sus relojes,unos por que quieren prepararse para ir a la Romería en el salón de la Sociedad Española y otros por que saben que con el sonar de la bomba de estruendo anunciando el fin del Corso,es la hora del “sálvese quien pueda” y ello es el inicio de las corridas de agua y hay que ponerse a resguardo,andar por la calle o asomar la nariz se corria el riesgo de recibir un baldazo y terminar empapado y lo que era peor por entonces,con el traje desfigurado.
La propaladora se llama a silencio y todo llega su fin,persisten algunas corridas y gritos por la tirada de agua,mientras unos se dirigen a la Sociedad española , la mayoría lo hace a sus casas y no pocos se quedaran ordenando y atendiendo a los últimos parroquianos.
En los días siguientes,lunes y martes, las escenas descriptas se repetirán,el día martes,al finalizar el Corso,pasadas las doce de la noche,se desarrolla el acto final,el agua cede su lugar al fuego.En la esquina frente a la plazoleta,ante una gran marco de publico,Momo desaparece entre las llamas y las explosiones de las bombas de estruendo ubicadas en su interior.Otro Carnaval (a fines de los cuarenta)ha llegado a su fin y con él, la Ultima Romería Española.
A primera hora del miércoles ,el pueblo amanece adormecido,apenas unos pocos deambulan hurgando entre serpentinas y papel picado en busca de los pomos de plomo,mientras algunos fieles,en su mayoría mujeres,concurrentes a la misa de siete,pasan luciendo en su frente el testimonio de las cenizas con que el sacerdote los ha ungido,es miércoles de cenizas y, éstas son las del Rey Momo.