El Ciego de la Parroquia

Pocos recordaban el momento en que llegó a Chillar, para convertirse en un habitante más de la Parroquia, a cuyo frente se encontraba el Pbro. José Carballo,a quien acompañó en buena parte de su dilatada trayectoria al frente de la misma como Párroco de la localidad, hasta el momento mismo de producirse su fallecimiento.La llegada de un nuevo Párroco abrió el camino para las gestiones que culminarían con su traslado al Asilo de Ancianos de Azul, donde pasaría el resto de su vida .

Durante su permanencia en la Parroquia, además de hacerle compañía al Párroco,oficiaba de Campanero y atendía el funcionamiento del Reloj,como tal era el encargado de tocar puntualmente las campanas en los intervalos regulares diarios,para el llamado a los oficios religiosos,el repique mientras se celebraba la procesión y/o al momento del responso del alma de algún mortal.Paralelamente,se encargaba del Reloj de la Torre, manteniéndolo en hora y rutinariamente en forma periódica levantando las pesas(darle cuerda) para que su funcionamiento tuviera la regularidad necesaria y no dejase de dar las campanadas cada media hora.Lo vi por vez primera siendo pequeño,cuando me lo señalaron diciéndome “ahí va el ciego” y el se dirigia hacia “La Despensa”,guiándose con su bastón metálico tocando el paredón, adonde iba regularmente a comprar tabaco para su pipa.Mas tarde ,al iniciar la preparación para la Primera Comunión y años siguientes, tomamos contacto con él,en su posición habitual frente a la puerta de ingreso a la Casa Parroquial o en el patio interior.Vestia Chaqueta y pantalón, siempre cubierto con la gorra tipo visera, la chaqueta semiabierta dejaba ver un chaleco,de los de antes,cruzado por una cadena enlazaba un reloj de bolsillo,siempre con su pipa en la boca y el bastón de hierro colgado del brazo.Con el tiempo sabríamos que su nombre era Jaime,que era español de origen,sin familiares en nuestro país y que había llegado a Chillar luego haber trabajado en la Patagonia,adonde había llegado para trabajar en el FFCC de Puerto Deseado,a Las Heras (Santa Cruz)luego de cumplir con tres años de servicio militar en el Norte de Africa.
Solía contarnos historias, que a nosotros, poco versados, se nos ocurrían eran fabulaciones inventadas.Asi nos relataba cómo, los militares que habían llegado a Santa Cruz para sofocar una huelga, habían reunido a grupos de trabajadores huelguistas, les hicieron cavar zanjas, los obligaron a ponerse de pie en las mismas y luego se llevo a cabo, en sus graficas palabras y gestos el ¡pum!,¡pum!,¡pum!Mas tarde tomaríamos conocimiento que nos había estaba relatando parte de los hechos trágicos ocurridos entre noviembre de 1921 y enero de 1922, de los cuales el había sido testigo presencial y salvado por milagro, al ser dado por muerto.Se estima que mas de 1500 obreros y huelguistas fueron muertos por fusilamiento, por las tropas a cargo del Tte. Cnel Varela enviadas por el Gobierno Nacional. La película del director Héctor Olivera con guión de Osvaldo Bayer titulada "La Patagonia rebelde" de 1974 recrea aquella masacre.Dificil saber cual era su grado de ceguera,(secuelas de un accidente)que no era total,si bien solo podía ver por uno de sus ojos,dado que el restante lo tenia en blanco,en ocasiones lo poníamos a prueba,cuando debía tocar las campanas de llamada a misa,que se hacían cada quince minutos,¡ya es la hora! Alertábamos y él instintivamente dirigía al mirada hacia al torre,y decía ¡todavía no!De todas maneras el subir hasta la plataforma del reloj y colocar la manivela para levantar las pesas no es algo que estuviera fuera del alcance para un ciego.(El cambio de lámparas ubicadas en la cruz de la torre de la Catedral de Azul,lo hacia un ciego).Tal como decimos al inicio llego el día en que debió partir para el Asilo de Ancianos de Azul, partida que no fue de buen grado y sin duda no la esperaba ni deseaba.Horas después, como si se hubiera solidarizado con él,el reloj deja de funcionar.Se llama al relojero(era mi padre,que lo atendía desde su llegada a Chillar),antes de subir a la Torre,imaginaba que se había producido la falla común, cual era el corte de la lamina elástica que sostiene y permite la oscilación del Péndulo,(Aparte de haber dejado de funcionar, por la famosa aceitada con “aceite de oliva”, el Reloj, no había tenido otra falla, más que la nombrada) sin embargo, depararía una sorpresa inesperada,un robusto engranaje,de fácil accesibilidad aparecía fracturado, algo imposible que sucediera sin una intervención externa,todo hacia suponer que ello podía ser producto de un golpe con un objeto metálico y las sospechas recaerían en el bastón de hierro.¿seria la venganza del ciego ante su obligada partida?.Las dudas nunca se disiparon y quien podría haber aportado su testimonio-el Reloj-guardaría hermético silencio.