
La Segunda guerra mundial tuvo sus efectos negativos en la vida económica del pais.El sector agropecuario, no fue una excepción, se vio afectado ante la falta de bodegas para el transporte y la desaparición de sus tradicionales mercados europeos, en particular para los productos agrícolas. Esto produjo un desplazamiento en el uso de las tierras hacia actividades más extensivas, como la ganadería, con la consecuente expulsión de arrendatarios y trabajadores agrícolas, agudizando los conflictos entre terratenientes y arrendatarios y entre productores familiares y trabajadores rurales.A comienzos de 1940, la imagen predominante sobre el sector agropecuario, en general era la de un sistema de producción basado primordialmente en el trabajo indirecto -arrendamientos y aparcerías-, y una estructura agraria caracterizada por la desigual distribución de la propiedad, del ingreso y del poder de negociación entre los sujetos sociales participantes.
De este modo, la estructura social agraria era percibida como integrada por un grupo muy reducido que constituía una cúspide monopólica y parásita -los terratenientes- que controlaban la mayor parte de las tierras productivas, por las cuales obtenía altas rentas sobre la base de sus ventajas naturales comparativas. Y, en relación asimétrica, como subordinados y enfrentados a aquellos, un numeroso sector de productores no propietarios -arrendatarios y aparceros- con canales de acumulación bloqueados ya por el pago de altos cánones de renta, por la inestabilidad en el uso del predio, y por las desventajosas condiciones de financiación y comercialización que mantenían con los proveedores locales y los representantes de las comercializadoras transnacionales. Esta situación contribuyó, por una parte, al fuerte proceso migratorio rural-urbano , y por otra, al crecimiento de demandas y expectativas antagónicas en cada uno de los segmentos sociales agrarios.
Chillar no fue ajeno a ese proceso migratorio, qué adquirió magnitudes desproporcionadas para el tamaño de la localidad, por ello solo pudo asimilar a una pequeña proporción, mientras que, la mayoría, un numero muy importante solo recaló por un tiempo y en busca de mejores horizontes,una parte emigró a las ciudades de la provincia ,Azul,Olavarria,Tandil,Mardel Plata entre otras,mientras que el resto se dirigió al Conurbano de la Capital Federal,por entonces,demandante de mano de obra requerida por el naciente y creciente proceso de industrialización.

1 comentario:
¡Malhaya triste destino...!
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