El maquinista que abandono el tren en Chillar




Que un maquinista abandone un tren de pasajeros es una noticia que Rippley el creador de la famosa serie “Crease o no”,hubiese atesorado en su colección de notas insólitas de haber tomado conocimiento.A todas luces, fue un hecho insólito e incomprensible,tanto para los pasajeros que fueron los afectados directos, como para el jefe de Estación que tuvo que dar respuestas sin tenerlas y además, arbitrar soluciones.El hecho ocurrió a mediados de los 40,época en que, quién pronto asumiría los destinos de la Republica, desde su puesto al frente de la Secretaria de Trabajo y Previsión ponía en vigencia leyes que contemplaban nuevos derechos para los trabajadores, qué en algún caso distendió un poco la disciplina laboral,merced a alguna interpretación muy particular de los reglamentos;además,ya se estaba perfilando el futuro de los FFCC que pronto pasarían a la órbita estatal.Dos veces a la semana,martes y jueves,un tren de pasajeros y encomiendas hacía el recorrido de Azul hacia Tres Arroyos,con regreso al día siguiente.Ese jueves luego de partir de Azul y recalar en las estaciones intermedias,de Lazzarino,Arroyo de los Huesos,Pablo Acosta y Martín Fierro,ésta si duda,la mas importante por su proximidad a la Estancia San Ramón de Anchorena,con rápidas detenciones en las tres primeras, un poco mas larga en la última y luego de recorrer el ondulado paisaje de las estribaciones serranas,se produce la llegada a Chillar, aquí la detención es mas prolongada,hay mayor movimiento de pasajeros y encomiendas y además la locomotora debe “tomar agua”,hacia allá de dirige,al completar la carga,el retroceso de la locomotora,lo hace por la vía paralela, para hacerlo el cambista debería haber conocido sus intenciones y facilitar la maniobra.En el andén muchos se preguntan ,”¿y éste? ¿qué hace?”,hasta ahí,nada hacia presagiar el inesperado final, podría ser que hubiese algún inconveniente en el enganche y el maquinista decidiera ponerse detrás del ultimo vagón, para que la locomotora empuje,no era algo común, pero tampoco una rareza,sin embargo segundos después la locomotora toma la vía principal,acelera y a toda velocidad,marcha atrás ,desanda el camino que momentos antes había recorrido.Los murmullos se acrecientan y poco a poco,se transforman en voces que se elevan y los reclamos con su carga de indignación no se hacen esperar,ahí esta el jefe de Estación para hacerles frente e informar,que el maquinista había cumplido con su horario y por eso había regresado a su lugar de asiento: Martín Fierro. Luego de una larga espera de mas de tres horas , tras el aviso a la superioridad por parte del jefe de estación sobre el problema planteado otra locomotora,proveniente de Azul, se engancha y ya en plena noche,el convoy reinicia su camino hacia el destino final previsto:Tres Arroyos.¿Fin de horario?.Al fin de cuentas,sí fué un problema de horario,era un día jueves y como tal en esos tiempos día de cita.Parece ser que en Martín Fierro, residía una joven y bella morocha,que había calado hondo en su corazón y ella,sin duda, fue la causa motora que llevo al maquinista a preferir ir a su encuentro aunque ello importara dejar varado un tren y hacerse acreedor a una dura sanción.No hubo mayores noticias sobre su posterior destino,pero el hecho seria comentario obligado, por mucho tiempo, entre los vecinos de Chillar.-

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