En pleno verano, solía colocarse sobre la cabeza un pañuelo desplegado y sobre él un sombrero de fieltro ya venido a menos,hacia calor;pero él usaba saco tipo sastre, que también había conocido épocas mejores que le quedaba holgado y, para rematar, usaba alpargatas y con ellas introducía el pie dentro de unos botines con suela de madera,(Zuecos) muy usuales entonces,con los cuales,el tamaño del calzado era desproporcionado en relación con su estatura y conformación física; mas bien menuda,sumada la barba de varios dias,era la imagen típica de un “espantapájaros”, ambulante, en este caso.Su sociabilidad lo hacia un frecuente visitante de vecinos y conocidos.
Solía llegar a horas inusuales,en general, se aparecía luego de finalizada la cena, lo cual para muchos,no dejada de ser un contratiempo y no veían la hora que se retirara,nada fácil,¿cómo interrumpir su verborragia?.
Eran los años treinta y se estaba por completar lo que seria uno de los últimos ramales construidos por el Ferrocarril Sud.Un ramal que vincularía a Chillar con Cnel Dorrego,pasando por Juan E.Barra.(x)Se rumoreaba que la necesidad de ladrillos iba a ser cuantiosa,algo que el sobrestante Ingles,le confirmo al “Mallorquín”,”Ud, fabriquelos y cuando estén,avísenos,que nosotros venimos, los vemos,y luego decidimos”.
Asi fue, el “Mallorquín” se dedicó a fabricar horneada tras horneada,hasta acumular varias decenas de miles,mientras ello sucedía, su tema de conversación preferido,era el negocio en vista,el dinero que iba a ganar, todo lo que le permitiría tener y conseguir, entre ello,la posibilidad de regresar a Mallorca con su familia,invertirlo y tener un buen pasar futuro en su tierra.Asi llegó el gran día, un Ingeniero Inglés que tendría a su cargo la dirección de las obras y el acopio de materiales, se hizo presente,junto al “Mallorquín” se dirigió a inspeccionar los ladrillos.
El ingles, comenzó a caminar, mientras dirigía la vista detenidamente,tomaba algún que otro ladrillo,lo volvía a dejar en su lugar,por allí tomo uno,lo miró, lo sopesó,quedándose con él ,siguió con su rutina, mientras el “Mallorquín”,ya sudando la gota gorda,presentia,que la cosa estaba tomando un cariz no previsto.Por allá,luego de unos minutos,el ingles, tomó otro ladrillo,lo observó con detenimiento y, golpeándolo repetidamente con el que había tomado en primer término, le dice al “Mallorquín”, ”si son todos como estos,le compramos todo lo que produzca”,”si,si,pero ¿y.. qué hago con todos los demás”?,pregunta el “Mallorquín”, “¡Ah,mire,eso es un problema suyo!”.
Y así , en un instante,el sueño del “Mallorquín”como todo sueño,al momento del despertar,se esfumó.Hay que decir que los ingleses importaban ladrillos de Inglaterra. Al llegar a la obra,volcaban el vagón y el ladrillo que se rompía, merecía un comentario ,“ladrillo que se rompe,no sirve”.
Las alcantarillas de las vías y los edificios de la estaciones dan fe de la calidad de ese ladrillo.-El “Mallorquín”,apesadumbrado por la experiencia,no se repuso del todo y en cuanto pudo, dejó Chillar,para radicarse junto a su familia en el Gran Buenos Aires destino de otros tantos chillarenses,en los comienzos de la primer presidencia de Perón.-
(x).La obra completa incluia el ramal Azul-Arroyos de los Huesos-Tandil,y Arroyo de los Huesos-Chillar-Juan E.Barra-Cnel Dorrego,la construcción se habia iniciado en 1929,se detiene por la crisis de 1930 , una vez pasada la crisis se continuan con las obras que finalizan en 1934,asi se completa el segundo ramal mas directo después del via Pringles,entre Buenos Aires y Bahia Blanca.Juan.E Barra ya estaba conectado con Tres Arroyos,con ello, tambien queda habilitado el servicio Azul-Chillar-Juan E.Barra-Barrow-Tresarroyos,activo en cargas y pasajeros hasta su cierre en los 60.-Fuente:Boletín de Historia Ferroviaria N°9 de “Todo es Historia” N°362.-Setiembre de 1997.
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