Chillar,equidistante de Azul y Olavarria,asiento de sendas unidades militares,el regimiento de Artillería en la primera y de Caballería en la segunda,destinos donde muchos jóvenes chillarenses cumplieron con el servicio militar, solía ser lugar de paso de parte de esa unidades en una época en que las maniobras militares de campaña eran usuales.
Con mayor frecuencia por parte del regimiento de artillería de Azul que solía realizar sus periódicas maniobras en el campo de “Los Manantiales”,desde donde solían llegar los ecos de los disparos de cañon,provocando la vibración de los cristales de puertas y ventanas.En esos casos era usual ver el desplazamiento de vehículos militares por la localidad o del paso de la caballería (caballos de verdad,entonces) de Olavarria hacia o desde el lugar de maniobras.
En no pocas oportunidades el regimiento de artillería de Azul,habia acampado en las afueras de la localidad,estableciendo sus vivacs al lado de la Estación de FFCC o en el campo ubicado entre el Embarcadero del FFCC y la Ruta 3,en ese entonces campo abierto y allí estaban, cuando programaron un acto de Homenaje a San Martin,seguido de un Desfile y luego un espectáculo de confraternización Cívico-Militar.
Asi, a media tarde de un día de semana,encabezada por la banda militar,parte del regimiento se dirige marchando por Alsina y Cortazar al compás de los sones de marchas militares,hacia la Plaza.Un hecho inédito y nunca visto debía depertar la adhesión de la población y así fue.Los negocios cerraron sus puertas, el pueblo paso a tener un día festivo imprevisto,al que adhirio con su masiva presencia.
Transcurre el Homenaje al Libertador ,con el deposito de una ofrenda floral al pie del busto que lo rememora,por parte de las autoridades militares,acompañadas por las autoridades y personalidades civiles,el Delegado Municipal,el Cura Parroco,el Subcomisario,el Jefe de Correos,el Juez de Paz etc,luego de lo cual todos se dirigen a tomar ubicación frente al Templo para presenciar el desfile,que, con previa revista y presentación de armas como es de rigor, se lleva acabo ante una nutrida multitud que ocupa ambas veredas.
Cierra el desfile el desplazamiento de la Banda de Música, que luego se dirige hacia el frente de “Casa Mozo”,donde momento después,una vez producida la desconcentración,brindará para deleite de la multitud allí reunida,un concierto de música popular.
Por ahí alguien se anima,hace punta y entre vítores y aplausos inicia el baile,luego poco a poco se van sumando mas y mas y así entre pasodobles,rancheras,tarantelas y milongas la confraternización cívica militar llega a su clímax,y ya bien entrada la noche,todo llega su fin,la Banda se llama a silencio,aplausos,
saludos,despedidas, los militares se retiran a sus vivacs,y los chillarenses a sus casas,finalizando un día que será recordado por mucho tiempo y en algunos casos vuelto a recordar “nueve meses” después,con el fruto de un inequivoco testimonio de lo que fue la “Confraternización”.-
Con todos esos movimientos no podía llamar la atención el deambular de algunos militares realizando compras o requiriendo algún servicio,y así fue como el peluquero Santiago Roncatti,debio atender la solicitud de “pelo y barba” de varios militares y, estaba en esos menesteres, atendiendo a un Oficial,dando las ultimas pasadas con la navaja, cuándo acierta pasar por el frente del local,una primorosa beldad, el Oficial al verla de reojo a través de la vidriera, instintivamente gira la cabeza,desencadenando la tragedia,el inevitable corte del cuello con la navaja, que asusta a Don Roncatti y, no es para menos, tenia en sus manos a un militar de Jerarquia y no deja de pensar por las posibles consecuencias,rápidamente con la ayuda de otros militares ,se logra detener la hemorragia y posibilitar su traslado para su atención, afortunadamente no pasó a mayores,pero al Oficial, la cicatriz le quedaria de por vida y el pobre Roncatti,cargará por años con el sambenito de haber, “casi degollado a un militar”.
Esa acción, ajena e involuntaria , provocaría el temor y la reticencia de muchos a ser afeitado por él.Temores infundados por cierto,pues Don Santiago Roncatti tenia una excelente mano para ello,doy fe.-
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