De Carreros y Bolseros
La cosecha está en pleno avance,los galpones de cargas de la Estación de FFCC abarrotados de bolsas de cereal,trigo en su mayoria,a su vera las estibas se levantan una tras otra a lo largo del andén, mientras los vagones ordenados en la víspera, tras intensas maniobras de la locomotora y el cambista,según los destinos,esperan ser cargados.Con el amanecer los alrededores va tomando vida,carros,chatas y camiones están desde el día anterior esperando ser descargados.Los carreros, se ocupan de dar la ración de avena a sus caballos en los corrales improvisados con lazos .Son una especie en extinción, resisten el embate del camión, sin embargo lenta e inexorablemente perderán la batalla y en no mucho tiempo desaparecerán de la escena.
Los camioneros,(unos pocos,el resto está en el pueblo)duermen un rato mas,sus camiones son modelos de preguerra,(la guerra reciente ha impedido renovar el parque)chicos y medianos, todavía andan los Ford T,Ford A,Dodge ,Chevrolet (todos con sus motores de cuatro cilindros)algún Ford ocho o Chevrolet seis,con sus cargas de apenas unas pocas decenas de bolsas, más potentes el Internacional o el GMC los van dezplazando.Mas allá, linyeras y bolseros golondrinas han dormido a la intemperie,al lado de alguna alcantarilla o debajo de algún vagón.Poco a poco se van formando distintas ruedas de mate, en algunas el churrasco mañanero o el sobrante de la noche acompaña,hay que alimentarse bien,un duro y pesado trabajo los espera.Las ruedas se van agrandando en la medida que los bolseros locales van llegando y se van sumando a ellas.Todos vienen con el monito al hombro, ahí traen la vianda y la bebida,ésta en las botas de lona o botellas de dos litros,envueltas en arpillera, mojada mantendrá el vino y soda, mitad por mitad,fresco casi al nivel de una moderna heladera.Es un ambiente de camaradería, el trabajo los une y el trato es igualitario.Los linyeras y golondrinas son desconocidos,pero se respeta el silencio, nadie pregunta quienes son ni de donde vienen,se espera que de “motu propio” ellos lo hagan saber.Mientras comparten el mate,algo que no se le niega a nadie y las vivencias del momento, esperan que el día despunte y llegue el capataz, quién distribuirá y ordenará las tareas de carga y descarga según corresponda,dando prioridad a los bolseros locales y luego completará las necesidades con “linyeras y golondrinas”,en total superarán largamente el centenar.Otros madrugadores merodean, todavía en penumbras,son hombres,mujeres y niños,que vienen a recolectar el cereal desperdigado por el suelo,por perdidas o averías de bolsas,(p’las gallinas),escoba y palita en mano embolsaran y luego llevaran al hombro o en carretilla,lo hacen bajo la atenta mirada del sereno que acompañado de sus perros, vigilará atentamente pues nunca falta algún “vivo” que perfore alguna bolsa poniendo en peligro la estabilidad la estiba.
El sol se eleva por sobre el horizonte y con él , los responsables de las tareas uno a uno van llegando,el Capataz de los Bolseros,personal del FFCC,el Recibidor de granos,personal de la Cerealera que verificara los envíos y la “autoridad” el Policía de ronda.Los carreros se dirigen a atar los caballos a sus carros y chatas.El Capataz reúne a todos los bolseros y va formando las cuadrillas,unos destinados a la descarga de carros y camiones y otros a la carga de los vagones de FFCC.Los motores comienzan a rugir,los camiones se dirigen a tomar su lugar en la fila,los carros en otra.En la medida que la mañana avanza el numero de camiones y de carros aumenta,entre éstos últimos no faltan las populares chatas “rusas” ,con un capacidad de sólo unas pocas decenas de bolsas,pero ágiles y rápidas, arriman el trigo de los campos mas cercanos. Pronto la actividad esta en pleno apogeo.Momento en que aparece Don Ciappina,con su canasto lleno de tortas y pizzas,(fue un pionero de ésta ultima).La tarea del bolsero es sacrificada,no hay cintas trasportadoras y las “mulas”(escaleras de madera) escasean,apenas algún tablón para subir cuesta arriba al vagón.Recibir la bolsa desde la parte superior de la estiba,no es para novatos ni para físicos debiles.La bolsa viene en caída libre desde seis o siete metros, hay que amortiguar sus casi sesenta kilos , evitar que vaya al suelo y salir caminando rápido por que la siguiente ya viene en camino.Entre ese grupo,está un “correntino”, llegado el día anterior,en busca de “conchabo”,el Capataz,lo ha evaluado visualmente y meneando su cabeza lo acepta.El físico del correntino había merecido algunas indirectas en la rueda de mate.Algunos se dijeron para sus adentros “¿con ese físico..? ¿A quien le quiere ganar?”.Pero allí está él,contextura mediana, torso desnudo,bolsa de arpillera en su hombro derecho,bombacha bataraza,faja negra para la “riñonada”,alpargatas negras ,pañuelo al cuello y gorra vicera,esperando su turno,es el quinto de la fila .Entre quienes lo anteceden se escucha decir “largamela suave”, que venga “derecha”,”bajamela un poco” pide uno y el de la estiba toma la bolsa por las orejas y la desplaza hacia abajo todo lo que puede,no falta el que la pierde y la bolsa va al suelo,entre las “pullas” de sus compañeros.Llega el turno del correntino,”dale,dale patada nomás,ordena”,asi lo hace el de la estiba,con el pie empuja una bolsa y esta viene en caída libre y ahí fué el correntino, pega un salto,gira la bolsa en el aire,pone el hombro debajo y sale al trotecito, como si nada,dejando boquiabiertos a todos y demostrando una vez mas que, “mas vale maña que fuerza”.-
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