El Primus
El "primus" no me fallaba
Con su carga de agua ardiente
Y habiendo agua caliente
El mate era alli señor;
No faltaba la guitarra
Bien encordada y lustrosa
Ni el bacan de voz gangosa
Con berretin de cantor.
El Bulin de la Calle Ayacucho-Tango
El Primus ,un sencillo y eficiente calentador,
complemento de las cocinas económicas y en muchos casos único implemento de
cocina de los hogares más humildes, que no solo servía para calentar el agua para
el mate o preparar el desayuno, sino también para cocinar el puchero.
De fabricación sueca tenia reputación de ser fiable y duradero, aún
dándole un uso diario e incluso en condiciones muy adversas, por ello no es
casualidad que fuera elegido por los primeros expedicionarios a las regiones
polares y otras en general, además por ser un elemento poco voluminoso , fácil de
trasportar.
El modelo de Primus mas popularizado era de bronce, con un
depósito de combustible en la base, del que salía en vertical el tubo por el
que subía el querosene al mechero-quemador.
Alrededor del quemador había una placa de acero sobre la que se colocaba el recipiente a calentar y que quedaba por encima del quemador, la placa tenía tres patas de apoyo, adosadas al tanque mediante soldadura con estaño.
El depósito tenía una capacidad de poco más de 2 litros de querosene, suficiente para tenerlo encendido aproximadamente por 4 horas.
Alrededor del quemador había una placa de acero sobre la que se colocaba el recipiente a calentar y que quedaba por encima del quemador, la placa tenía tres patas de apoyo, adosadas al tanque mediante soldadura con estaño.
El depósito tenía una capacidad de poco más de 2 litros de querosene, suficiente para tenerlo encendido aproximadamente por 4 horas.
Antes de proceder a su encendido, se lo
balanceaba para comprobar si tenía
suficiente querosene en el tanque.
El paso posterior era asegurarse que no hubiera presión en el tanque aflojando el tornillo respectivo, se ponía alcohol en el recipiente ubicado al pie del mechero y se lo encendía, para calentar el gasificador, cuando faltaba poco para que termine su quemado, se cerraba el tanque por medio del tornillo mencionado y se comenzaba a accionar la bomba para darle presión, si prendía correctamente se escuchaba un sonido parecido a un avión a chorro,no muy diferente al ruido de los Gloster Meteor,que por entonces con base en Tandil solian merodear por Chillar..
El paso posterior era asegurarse que no hubiera presión en el tanque aflojando el tornillo respectivo, se ponía alcohol en el recipiente ubicado al pie del mechero y se lo encendía, para calentar el gasificador, cuando faltaba poco para que termine su quemado, se cerraba el tanque por medio del tornillo mencionado y se comenzaba a accionar la bomba para darle presión, si prendía correctamente se escuchaba un sonido parecido a un avión a chorro,no muy diferente al ruido de los Gloster Meteor,que por entonces con base en Tandil solian merodear por Chillar..
Podía ocurrir que el gasificador no se
hubiera calentado correctamente, por lo cual el querosene fluía por el pico
provocando una gran llamarada amarilla, por lo que era necesario despresurizar
el tanque por medio del tornillo y volver a empezar con el proceso.
También podía suceder que no encendiera,
ello significaba que el pico estaba obturado, había que recurrir al uso de una
aguja especial, un manguito de alambre retorcido o de chapa con un alambrecito fino de unos 5 mm de largo en su
extremo y con él ,desobturar el orificio.
Un percance menor si sólo se trataba de calentar agua para el mate, pero una complicación en caso de cocción de una comida, pues a veces no bastaba con el uso de la aguja y la única solución, era retirar el pico mediante el uso de una llave articulada especial,para limpiarlo fuera,quitándole la suciedad acumulada producto del deficiente filtrado del querosene. Tanto la llave articulada como la aguja formaban parte de los accesorios que venian con el calentador al ser adquirido,.
Un problema mayor ocurria cuando se desprendia una de las patas,ahí no habia mas remedio que llevarlo a un taller que tuviera un soldador de estaño,a soplete en esa época.
Un percance menor si sólo se trataba de calentar agua para el mate, pero una complicación en caso de cocción de una comida, pues a veces no bastaba con el uso de la aguja y la única solución, era retirar el pico mediante el uso de una llave articulada especial,para limpiarlo fuera,quitándole la suciedad acumulada producto del deficiente filtrado del querosene. Tanto la llave articulada como la aguja formaban parte de los accesorios que venian con el calentador al ser adquirido,.
Un problema mayor ocurria cuando se desprendia una de las patas,ahí no habia mas remedio que llevarlo a un taller que tuviera un soldador de estaño,a soplete en esa época.
Como se dijo con anterioridad su
funcionamiento era muy ruidoso, de manera que en un ambiente cerrado, como podía ser una cocina, la conversación se hacía
dificultosa, un alivio indescriptible llegaba al instante de ser apagado.
Hasta que llegó el momento en que la ingeniería trajo la solución el quemador “silencioso”, de uso común a partir de ese momento no solo en el Primus si no en las cocinas a querosene y/o gas que aparecieron por esos años.
Hasta que llegó el momento en que la ingeniería trajo la solución el quemador “silencioso”, de uso común a partir de ese momento no solo en el Primus si no en las cocinas a querosene y/o gas que aparecieron por esos años.
Imagen de la portada del Manual de uso |
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