“Le poneme un alambritte y assunnte arreglato” era la solución que ante algún problema el “gringo” Nicola nos daba allá a lo lejos y hace tiempo,reflejo del ingenio popular basado en la precariedad,no tanto de medios,si por dejadez,que mas cerca en el tiempo Ignacio Copani popularizaría a través de su canción”Lo atamo con alambre,lo atamo”,cuya primera parte nos dice “En esta tierra santa nadie se espanta si hay un ciclón/y no se toma a pecho si cae el techo del comedor/En esta tierra santa nunca nos falta imaginación/para arreglar la pava y fijar la cama con precisión/Lo atamo' con alambre, lo atamo', lo atamo' con alambre señor”.
Ingenio e imaginación que no siempre estaban basados en la rectitud del proceder, asi no pocas veces hacia dúo con el refranero popular “Hecha la ley hecha la trampa”, en la cual se enmarca la primera parte de esta pequeña historia.
Nuestro país históricamente ha pasado por diversas crisis económicas, sin embargo, muy contadas veces fue necesario recurrir al racionamiento de combustibles,algo que si ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial,que provocó el corte de la importación de petróleo y en función que la producción interna apenas alcanzaba para abastecer nuestras necesidades,obligo al gobierno a implementar su racionamiento.El combustible más utilizado era la nafta, así a secas,pues entonces había una calidad unica.Habria que esperar muchos años para que apareciera la “especial o la super”.Como la nafta era utilizada tanto para usos imprescindibles como el transporte,fletes o tareas agrícolas, cómo para usos particulares no tan importantes,por caso los automóviles,se resolvió racionar en mayor proporción a estos ultimos,favoreciendo a los vehículos destinados al trabajo, entre ellos las camionetas,consideradas una herramienta de trabajo.En Chillar no eran muchas las existente,pero gracias al ingenio e inventiva su número crecería rápidamente.Un número muy importante de autos,estaban constituidos por las “cupes” y “Voituretes”,
ambas tenían similar apariencia,sin embargo la primera solo tenia una baúl trasero mientras que la segunda escondía en su interior un asiento para dos personas,de manera tal que rápidamente tanto en uno como en otro modelo,la tapa del baúl fue desmontada ,en el caso de las Voituretes,tambien se desmontaría el asiento y en su lugar se colocaba un cajón de madera.Por entonces la mayoría de la mercadería venia en cajones de medidas respetables,ellos calzaban como anillo al dedo en el baúl de los autos mencionados(ataditos con alambre por supuesto) y con eso ya estaba convertido en camioneta.¿Era eso suficiente?,no,no, había que demostrar,que efectivamente se lo usaba para transportar cargas, así que muchos andarían permanentemente por las calles del pueblo con dos o tres bolsas de avena a cuestas, qué habían pedido prestadas y de esa manera podian ser acreedores a los cupones de racionamiento en la Delegación.
La otra cara lo demostró el verdadero ingenio,por la misma época ,casi al fin de la contienda,se arrima al surtidor una camioneta RUGBY, modelo 1927,con motor de cuatro cilindros,cuando el joven despachante manoteó la manguera de la nafta casi por reflejo,el dueño de vehículo le dice “nafta no, pibe,gas oil”,¿gas oil?,preguntó extrañado y no era para menos, “sí, gas oil” fue la confirmación.
El gasoil,por su bajo consumo no estaba racionado y su precio mucho mas barato,este hombre de campo aguzando el ingenio, ideó una serpentina que rodeando el múltiple de escape servia para gasificar el gas oil antes de su ingreso al carburador,de manera que lo hacia arrancar a nafta hasta que tomaba temperatura y luego seguía funcionando a gasoil,una muestra del ingenio chacarero bien entendido.
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