Con su cajoncito de madera a cuestas, los “Catangos” eran fácilmente identificables a la distancia , eran los trabajadores de menor rango en el mantenimiento de las vías férreas, y se constituían en el grupo mas numeroso de quienes trabajaban en la Estación de Chillar.”Catango” no es hoy una palabra muy usada o demasiada conocida,tampoco lo era entonces cuando éramos chicos, poco sabíamos de su significado, sólo que así se nominaban a los vehículos viejos o desvencijados y también a los autos y/o carritos que de niños solíamos construir-en épocas en que las alforjas de los Reyes Magos venían flacas-y que, tirandolos de un piolin correteábamos con ellos por las calles del pueblo.Mas tarde sabríamos que el vocablo también hacia referencia a un escarabajo que hace pequeñas perforaciones en la tierra .Sin duda la conjunción entre escarabajo y un vehículo desvencijado,es lo que mejor define a los “catangos”,su labor en el mantenimiento de vías tenia mucho de escarabajos, además circulaban por las vías en zorras motorizadas,que eran vehículos sumamente precarios.Temprano por las mañanas,uno a uno se dirigía a tomar servicio no sin antes pasar por la carnicería ,para surtirse del churrasquito que junto a las demás vituallas,sea para calmar el hambre o la sed ,trasportaba en su cajoncito,puesto que por lo general el almuerzo tendría lugar en medio del campo,alli donde las tareas de mantenimiento los convocaba.El punto de reunión era la Casa del Capataz, Kacsan,por entonces,cercana al paso a nivel de Sarmiento,a cuya vera podían observarse estibas de durmientes y rieles,en tanto adyacente a la casa estaban los galpones de guarda de las zorras y las herramientas.Puntualmente todos los días a las ocho en direccion,ora hacia 16 de Julio,ora hacia Tedin Uriburu partía la zorra de dos cuerpos en tandem,una con las herramientas y materiales,mientras que en la otra en dos bancos paralelos con respaldo al medio iban sentados los “catangos”,a cuyo frente iba el conductor,con el clásico banderín rojo ondeando por sobre su cabeza,para regresar a las cinco de la tarde,momento en que de niños concurríamos al paso a nivel para verlos pasar.Hombres de pico y pala,de maza de diez kilos,su tarea era pesada,realizada a la intemperie, soportando las variables contingencias
climaticas,desde el frío mas intenso al calor mas agobiante.Limpiar los drenajes,desmalezar,
repasar y/o reemplazar los clavos a golpe de maza,ajustar las uniones,inspeccionar y/o cambiar durmientes,controlar el ancho de trocha con el calibre,reemplazar algún riel,ajustar los cambios de vías, limpiar los pasos a nivel,entre otras tareas, formaban parte de su quehacer cotidiano,realizadas entre los rojos banderines,que servían de aviso a los maquinistas para que aminoraran su marcha al paso por el lugar, mientras lo catangos se hacían aun lado .En Chillar harían algo mas, construirían un desvío de varios centenares de metros, con curva incluida ,para conectar y servir al galpón de almacenamiento de cereales que la Cooperativa Agraria había levantado, calle por medio, en el lado posterior a la Estación.Otros personajes recorrerían las vias,el Guardahilo,solitario en su motorizada zorra,con la escalera y la pértiga a cuestas, inspeccionaba los cables (hilos) de las lineas telefonica y telegráfica, principalmente ,los aisladores,que solian ser blanco de cazadores furtivos o de las hondas de los chicos,escalera en mano subía a reemplazarlos,no pocas veces debia desmontar algún nido de hornero edificado en algún lugar no apropiado,para ello hacia uso de la pértiga, herramienta destinada primariamente a desenredar los hilos,como complemento no podía dejar de llevar un manipulador y un telefono portatil para verificar las líneas telegráfica y telefonica respectivamente en caso de corte.
Entre los de Estación, no puede dejarse de mencionar al Señalero,amen de operar las señales,a la caída del sol con su zorra manual de dirigía hacia las señales de ingreso a la Estación ubicadas en ambos extremos,alli ascendia hasta el tope para colocar el farol que facilitara su visibilidad ,en una epoca en que los trenes circulaban en horario nocturno,por la mañana repetiria su tarea retirándolos para preparlos y tenerlos listos para la noche siguiente.Y por último, el Cambista,colgado de una mano del ultimo vagón de carga participaba activamente en las maniobras para ordenar los vagones,traccionados por una locomotora de vapor, separando los que quedarían en la estación de los que partirian con el convoy, haciendo señas con su mano libre, enganchando y desenganchando vagones,bajarse corriendo y hacer el cambio de vías, para que luego el maquinista diera el empujón a uno o dos vagones, volver a subirse para realizar una nueva maniobra en otro sector de la Estacion,asi hasta la partida del tren de carga,que por esa epoca circulaban con asiduidad y el Cambista tenia poco tiempo para estar de brazos cruzados.Hoy la Estacion luce solitaria y silenciosa,el sonido del ir y venir de la locomotora con su caracteristico resoplido y su estridente silbato,el estruendo del chocar de los vagones,se propagaban y eran audibles en todo el ámbito de la localidad,hoy solo presente en el desván de los recuerdos.- Don Juan Víctor Tournie,”Catango” por vocacion,protagonista de esta reseña,lo recordamos y homenajeamos,junto a quienes fueron sus compañeros de esa epoca.-
La zorras y los Catangos listos a partir |
2 comentarios:
Hola, buen día.
Me gustó mucho la crónica sobre esos días. La encontré porque estaba buscando información sobre los catangos como "medio de transporte". Pero no terminé de entender bien, entonces; ¿los catangos son tanto el carro desvencijado como los pobres que los conducían? ¿Andaban sobre las vías o sobre la calle?
¡Muchas gracias!
Genericamente Catango era usado para calificar a todo tipo de vehiculos precarios o desvencijados.Por supuesto el usado por los ferroviarios andaban sobre las vias.Saludos
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