Original Ceremonia de Casamiento en Chillar
Decir que el casamiento es un hecho trascendental en la vida de los contrayentes, que recordarán ese acto y atesorarán sus testimonios por el resto de sus vidas ,es caer en un lugar común.Sin embargo, no es habitual que el recuerdo de ese hecho permanezca por años en quienes fueron ocasionales testigos o que, ante la sola mención de sus protagonistas,inmediatamente surja el recuerdo de ese feliz acontecimiento,como lo es en el caso de este relato.La estructura del acto del Casamiento en esencia se mantiene:La Ceremonia del “Civil”,la Ceremonia Religiosa,la Fiesta y el viaje de Luna de miel.Los usos y costumbres,como es lógico se han ido modificando a través del tiempo.Comenzando por la elección de la fecha.Por esa época ,el destino y horario del tren de pasajeros solía ser determinante para ello, así, una mayoría, solía tomar los días miércoles y jueves o jueves y viernes, dónde en el primero se celebraba la ceremonia por Civil y en el segundo la ceremonia Religiosa,en horas del mediodía para poder tomar el tren de la tarde,una vez finalizada la fiesta familiar, rumbo al destino elegido.Por entonces, una regla no escrita,obviaba el uso de los ómnibus para este particular acontecimiento.Quienes tenían mayores posibilidades económicas ,eran los menos, podían gozar de un traslado en automóvil hacia alguna ciudad vecina, primer escalón del soñado viaje de Luna de miel.En el otro extremo, no eran pocas las parejas,para quienes el viaje era solo hasta al lugar de la nueva residencia,sea en la propia localidad o en el campo.La Ceremonia Civil, sólo convocaba a un circulo muy íntimo, mientras que la Ceremonia Religiosa,era un acontecimiento social de amplia convocatoria,que se daban cita, convocados por las participaciones hechas llegar vía correo,entregadas en mano a familiares y amigos mas cercanos y/o por los obligatorios avisos parroquiales en las misas dominicales.El vestido blanco de la Novia,era,como en toda época, un elemento imprescindible,Novio,Madrina y Padrino,con las mejores galas.Un ojo avizor, podía detectar,que los bolsillos del saco de Padrino estaban algo caídos, no era para menos,en uno llevaba las monedas y en otros los confites que, so pena,de ser apostrofado por la gente menuda de “Padrino pelao”,llegaba bien provisto para lanzarlos al aire en el atrio,a la salida de la ceremonia,para ser recogidas por chicos y grandes.Los confites,muy esperados,eran los típicos cilíndricos, que en su interior,una vez disuelta la capa exterior,aparecia un rollito de papel con una cuarteta, humorística o de buenos deseos.Simpatica costumbre que tiempo después le llegaría la prohibición por obvias y atendibles razones higienicas.La Fotografia,rudimentaria,las maquinas de cajón y el flash a magnesio,era propios de la epoca.Aquellas parejas que deseaban mayor sofisticación, solían llevar en sus valijas la vestimenta de ese acto y aprovechando el viaje de luna de miel, concurrían a un Estudio Fotográfico, para dejar impreso con un toque artístico, tan magno acontecer.Por entonces el automóvil era el medio de transporte usual ,que Novios y Padrinos,usaban para llegarse hasta el Templo,si el tiempo o la estación era propicia,la Novia, podía llegar en un descapotable o en una “voiturete”,tan comunes en esa epoca.Esto ultimo,al personaje que este relato recuerda lo tenia sin cuidado.Don Maidana,de él se trata,era una persona de condición humilde,muy conocida y apreciada,quedo en el recodatorio pueblerino,por utilizar como medio de transporte los propios que Dios le había dado,complementado con un aditamento original.De manera que ,allá por fines de los años treinta,luego de concentrarse,en casa de la novia(cuyo nombre se ha perdido)padrinos,familiares y allegados,iniciaron el recorrido a pie,acompañando a los Novios, en dirección al Templo,siendo precedidos por una persona que con su mortero,iba detonando de tanto en tanto sendas bombas de estruendo,poniendo sobreaviso a toda la localidad,del acto que momentos después tendria lugar .Asi hasta llegar al frente del Templo,donde el Pbro. José Carballo,alertado,los esperaba,recibiendolos en el atrio, para luego ingresar todos juntos y celebrar el feliz acontecimiento.Esa originalidad, que no se repetiria, mantendría vivo por años el recuerdo del casamiento de Don Maidana.-
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